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Hoy en día, un buen tratamiento ante cualquier dificultad que se pueda presentar al leer o escribir en el niño es lo más convenientel para combatir los trastornos del aprendizaje, los cuales están definidos con sus características y consecuencias.
La tendencia indica que un porcentaje considerable de niños presentan problemas de aprendizaje y conducta. Sin embargo, detectar el problema a tiempo será importante para poder resolverlo. El pronóstico se tendrá en cuenta a partir de la edad en que se diagnostique el trastorno, el apoyo por parte de los padres y sobre todo, la existencia de desórdenes emocionales o conductuales.
La mejoría depende mucho de que el niño asista a al colegio adecuado y que realice un tratamiento apenas compruebe que existe alguna dificultad.
Las causas de los problemas de aprendizaje pueden clasificarse en generales y específicas. En el caso de la primera, se presenta incapacidad para aprender, debido a que muestran un coeficiente intelectual bajo, alteraciones auditivas, visuales y motoras, así como problemas emocionales. Ello se puede detectar desde pequeños para actuar a tiempo.
Por su parte, los niños que presentan una causa específica de trastorno en el aprendizaje, tienen un coeficiente intelectual normal, sin embargo, su rendimiento escolar es bajo en las áreas de lectura, escritura y cálculo.
La dislexia es considerada como un conjunto de síntomas originados en una disfunción neurológica, hereditaria y en ocasiones adquirida, las cuales pueden afectar el aprendizaje de la lectura y originan dificultades en la escritura y gramática. Algunos juguetes o juegos que pueden ayudar con la dislexia son: diccionarios ortográficos ideovisuales, barajas ortográfica, ortografías ideovisual, juegos de letras… etc
La disgrafía representa un trastorno en la escritura ya sea en la forma o en el significado. Este inconveniente se manifiesta en dificultades en la motricidad fina, cuando no responde a lesiones sensoriales o cerebrales, también se refleja cuando hay una inadecuada presión del lápiz.
Otra dificultad que suele presentarse en la infancia es la disortografía, que resulta ser la incapacidad de estructurar gramaticalmente el lenguaje escrito, siendo la causa, el desconocimiento de las reglas ortográficas y gramaticales. Ello lo podemos observar cuando el niño olvida acentuar las palabras y escribir sus plurales.
De otro lado, tenemos al problema denominado “discalculia”, en el cual los niños tienen dificultades para captar el concepto de número, cambiando los signos y símbolos numéricos. A pesar de que pueda ser capaz de automatizar la mecánica operatoria de los ejercicios aritméticos básicos, el niño tiene inconvenientes en la resolución de los problemas matemáticos.
A diferencia de otros trastornos, en este último caso, puede ocurrir que las dificultades acompañen a la persona hasta que sea adulto, aunque se encuentre en tratamiento. Es recomendable que los padres ayuden a su hijo a reconocer sus errores y a que los acepten sin perjudicar su autoestima. Por ello, es conveniente darles a conocer estrategias y poner medidas que subsanen su dificultad.
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