Juguetes por Edad
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La motivos que llevan a niños y niñas para identificarse con los personajes que aparecen en los anuncios de juguetes suelen ser bastante convencionales: las niñas se inclinan por cualidades estéticas, mientras ellos lo hacen por los juguetes o juegos de acción y de fuerza.
Realmente, estas diferencias no hacen más que reproducir arraigados estereotipos sociales. Es por ello, que la publicidad infantil tiene un papel decisivo a la hora de promover valores de igualdad entre ambos sexos.
La sociedad actual es muy diferente a a de hace 50 años. Antes se enseñaba a las mujeres a ser las amas de casa y a criar a sus hijos, mientras, a los hombres se les educaba con la idea de que debían ser los cabeza de familia y que tenían la responsabilidad de traer el dinero a casa para sacar a la familia adelante. Hoy en día las cosas han cambiado y ya no existe ese modelo único de familia tradicional.
Los adultos a menudo pensamos en nuestro hijo como si fueran el recuerdo de nosotros mismos cuando éramos pequeños, pero la realidad es que los niños viven una realidad social diferente. Es necesario desterrar de nuestra mente viejos mitos y no coartar las preferencias de nuestros infantes con nuestros propios prejuicios.
En realidad, no existen los juguetes sexistas, pero sí el juego sexista. Todos los niños y niñas pueden pasarlo igual de bien jugando con un muñeco, con una cocina de juguete o con un coche teledirigido. Es responsabilidad de los padres convertir a un juguete en sexista cuando no dejan jugar a un niño con él. No debemos olvidar que los juguetes son un medio de transmisión cultural.
Si se clasifican los juguetes en juguetes de niña o juguetes de niño se está contribuyendo a perpetuar los roles sexistas que en nuestra sociedad se han asignado a hombres y mujeres. Así las cosas, es necesario estimular un desarrollo infantil con juguetes sin discriminaciones, aprovechando las cualidades positivas que tiene cada juguete en niños y niñas.
Sabemos que los chicos y chicas cuando juegan reproducen los roles que ven a su alrededor, esto es, hacen lo que ven en las personas que le rodean, no lo que harían si no hubiera influencias externas. Es por ello, que es importante no condicionar el juguete en sí mismo, sino el uso que se da de él.