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Cuando el bebé crece, hay que tener en cuenta una serie de cuidados en su alimentación.
Es esencial continuar con la lactancia hasta los seis meses de vida, debido a que el niño se encuentra en pleno proceso de formación de sus funciones intestinales, por ejemplo las enzimas que se encuentran en el estómago e intestino.
Conforme va avanzando el tiempo, tras el primer semestre, el bebé empieza a sustituir la ingesta de la leche materna, ingiriendo otros alimentos tales como los zumos, yogures, frutas y cereales.
A partir de los seis meses, el niño requiere de otro tipo de alimentación conforme vaya creciendo, ya que sus necesidades nutricionales cambian y es necesario adquirir nuevos alimentos para tener un crecimiento y desarrollo óptimo.
Los cambios deben producirse progresivamente con ayuda y paciencia. Hay que controlar las posibles intolerancias alimenticias, para evitar que algún alimento produzca diarreas, aumento de fiebre, estreñimiento, etc. Leer el resto de este artículo ⇒
En ocasiones, amamantar suele ser una situación difícil para algunas mamás, sin embargo, es importante mantener la calma.
Citamos el ejemplo de los hermanos gemelos, a los cuales es posible dar de pecho sin inconvenientes, entonces no hay por qué temer en los demás casos. El estímulo de la succión será doble, por lo que requerirá doble producción de leche materna.
Solo se necesita probar diferentes posiciones y ver cuál es la más conveniente para ambos lados.
Cuando se produce el parto mediante cesárea, la producción de leche suele demorarse un poco más de lo habitual, pero ello no debe impedir estar pendiente de dar de lactar al bebé. Debemos tener siempre presente, que la leche materna es el mejor alimento que se le puede brindar al niño. Leer el resto de este artículo ⇒
Una de las maravillas de ser madre es el establecer un contacto permanente con el
bebé, ello parte de la lactancia y la forma cómo se transmite la misma. Por ello, no
es lo mismo dar el pecho que brindar la leche por biberón.
Hay que tener en cuenta que se debe establecer una forma adecuada para que el
niño agarre el pecho, puesto que lo asocia a la mamadera, la cual está formada por
un tercio de pezón y dos tercios de tejido mamario.
Durante los primeros meses se recomienda que el recién nacido ingiera la leche del
pecho de la madre, ello permitirá una adecuada succión y que el organismo de la
madre produzca más leche. Leer el resto de este artículo ⇒
Uno de los prodigios de la naturaleza es el don que tiene toda madre para la producción de la leche. El principal estímulo para inducirlo es la succión del bebé.
La cantidad de leche que se produce depende del tiempo de exposición del bebe al
pecho de la mamá, se considera que cuanto más se vacía, más leche se produce.
Ello se ajusta a lo que el niño toma y a las ocasiones que vacía el pecho al día.
La calidad de la leche materna varía de acuerdo a las necesidades del niño. Durante los primeros días, la leche presenta un color amarillento (calostro), conteniendo mayor cantidad de proteínas y sustancias anti infecciosas, más delante aparecerá la leche madura.
La leche materna jamás será considerada de baja calidad, ya que siempre será adecuada para el bebé. Aunque su aspecto pueda parecer “aguado” al principio de la toma, al final de la misma aumentará su contenido en grasa.
Cuando llega el ansiado momento de ser madre, una de las preocupaciones
esenciales es la alimentación del hijo recién nacido. La leche materna es sin duda el
mejor alimento que se puede brindar al bebé, porque además de su composición,
permite generar un vínculo mucho más fuerte y afectivo con la madre, durante la
lactancia.
La leche materna contiene lo fundamental que el niño requiere, mientras transcurren sus primeros meses de vida, protegiendo al recién nacido ante posibles enfermedades como catarros, neumonías, diarreas, otitis, infecciones de orina, así como el asma, alergias, obesidad, etc.
¿Qué es la obesidad?
Cuando una persona excede el 20% de su peso ideal, estamos hablando de una persona obesa, es decir una persona con una gran cantidad de grasa corporal y tejido adiposo.
En el caso de un niño, podemos calcular aproximadamente su peso ideal multiplicando su edad por 2 y después al resultado se le suma 8. Tal resultado es el aproximado de cuánto debe pesar el menor. Pero, definitivamente, lo mejor si sospechamos que nuestro niño es obeso, lo más adecuado es llevarlo al médico.La obesidad infantil es una enfermedad que puede desencadenar en otros trastornos y afecciones si no es controlada a tiempo. Cada día afecta a más personas en el mundo por el nivel de vida que se lleva, el sedentarismo y los malos hábitos alimenticios. La tasa de obesos en el mundo es cada vez más alta, pero el sector que más preocupa es el infantil.
Cabe señalar que un niño obeso será muy probablemente un adulto obeso, reducirá su esperanza de vida y puede sufrir a temprana edad de diversas enfermedades cardiacas y degenerativas. Leer el resto de este artículo ⇒
En el caso de los niño, podemos calcular su peso ideal de manera aproximada multiplicando por 2 su edad y después sumarle 8. Como decimos, el resultado es el aproximado de cuánto debe pesar el menor. Pero si sospechamos que nuestro hijo sufre de obesidad infantil, lo más conveniente es llevarlo al médico.
Los principales motivos de la obesidad infantil se deben principalmente a:
Costumbre de vida sedentaria
Debido a que los niños:
- Hacen poco ejercicio físico .
- Pasan demasiado tiempo delante de la televisión.
- Ya no juegan en la calle con otros niños.
- Les influye la publicidad de las cadenas de comida rápida. Algunos productos dan regalos atractivos y los niños influidos para conseguir el regalo terminan comiendo comidas poco saludables. 20 Con frecuencia comen rápido y sin la familia.