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Ante el nacimiento de un nuevo miembro en la familia, puede ocurrir que surja inevitablemente los celos del hermano, y esta situación podría prolongarse incluso hasta la adolescencia. Algunos niños lo manifiestan de manera variada, muchos, por ejemplo, tratan de ocultar la situación. Se trata de una etapa en la que definitivamente requieren comprensión y apoyo, situación que los padres deben saber manejar.
Resulta ser algo habitual en cualquier familia, ver que los hermanos tengan celos entre sí, sobre todo si al primer hijo le toca la oportunidad de recibir al hermano. Hay que hacerle entender que el cariño de los padres no se perderá.
Los padres tienen que conocer a sus hijos explicándoles porque su comportamiento se está mostrando incorrecto, expresarles su cariño pero dejando en claro que no aprueban la actitud errada que puedan estar demostrando ante la llegada de su hermanito. Hay que aclarar las normas de convivencia familiar para satisfacción de todos.
También existen casos de niños que por el contrario les dan una muy cordial bienvenida al nuevo integrante y son un gran apoyo para los padres. El universo de los infantes es tan variante y cada quien reacciona de diferentes formas ante una misma situación. Existen pequeños que prefieren ignorar y no quieren ni hablar del nuevo hermanito, demostrando cierta hostilidad hacia la madre, con un comportamiento opositor o de desprecio. Este tipo de actitudes se manifiestan también en el colegio, donde se enfrentan a otros niños, buscando llamar la atención. De otro lado, están los niños que colaboran con la mamá con la finalidad de asegurarse su amor maternal.
Existen pequeños que no manifiestan abiertamente sus celos, dejándose llevar por un sentimiento de apatía y de falta de participación en los eventos familiares, incluso hasta en sus juegos. Los padres deben estar atentos a los cambios de comportamiento de sus hijos, no descuidarlos.
En la primera fase pueden aparecer inconvenientes, como que el niño tenga pesadillas, dificultades en la alimentación, descontrol de los esfínteres, lenguaje denominado “añiñado”, entre otras manifestaciones. Todo ello, porque el hermano piensa que portándose como un bebé atraerá la atención de los padres. Es fundamental que ante la llegada de un segundo hijo, no dejar de lado los rituales acostumbrados con el mayor, como ir a acostarlos, demostrarles su cariño, para ellos es sumamente significativo.
Manifestando el comportamiento regresivo, el niño vuelve a etapas anteriores en su evolución, ya que esta regresión suele ser una etapa normal entre dos fases, ser hijo único y ahora el hermano mayor. Este periodo generalmente dura algunos días o semanas.
Ante todo hay que preparar el terreno, cuando se acerca el nacimiento del bebé. Hay que educar a los hijos desde pequeños para que no se sientan excluidos o que se los va a dejar de querer, recuerden que ellos son muy perceptivos y están observando el comportamiento de la madre, sus cambios de humor y de físico cuando va creciendo la barriguita, entonces es importante que mantengas un diálogo con el pequeño y le des la noticia personalmente para que no sienta que es relegado.
Cuando converses con tu hijo hazle entender que lo vas a seguir queriendo igual que antes, de tal manera que cuando nazca el hermanito ya estén preparados. Debes ser paciente con la situación ante cualquier reacción que pueda tener, recuerda que antes el pequeño gozaba de la exclusividad y atención de los padres, así que será un poco difícil que no atraviese la denominada etapa egocéntrica que suele presentarse hasta los 4 a 5 años, hay que enseñarle que tiene que compartir con su hermanito.
-Evitar ciertos cambios repentinos durante el nacimiento del nuevo miembro.
En todo caso, se recomienda hacerlo antes de la llegada del bebé, por ejemplo hábitos como quitarle el chupón, el cambio de cama, el ingreso al colegio, entre otros, para que no lo relacione con la llegada del hermano.
-No crear falsas expectativas como decirles que tendrá un hermano con el que podrá jugar, ya que comprobará que eso recién se podrá realizar después de un largo tiempo y se sentirá decepcionado.
-Incentivar que el niño abandone algunas conductas regresivas para que se convierta en un ser más independiente y maduro. Sin embargo, puedes permitirle que en ocasiones se comporte como un bebé.
-Felicítalo cada vez que obtenga logros y progresos, haciéndole notar las ventajas que posee al ser el hermano mayor.
-Pueden recordarle los momentos que pasaron cuando él era un bebé, como el baño, darle de comer y todas las atenciones que ahora están repitiendo con el hermano. Generar conciencia que el bebé es de toda la familia, y que deben cuidarlo todos con amor.
-No hay que obligarlo a tener ciertas actitudes hacia su hermano, como darle besos y caricias, dejemos que espontáneamente vaya demostrando sus sentimientos.
-No relegar al hermano mayor, como padres deben demostrar todo su amor por igual a todos los hijos, sin preferencias.
-Recordemos que cada hijo tiene su propia personalidad y territorio, por lo cual debemos respetarlos, saber diferenciar entre ellos, para reservar momentos de juego en función de sus gustos.
-Si observan que la tensión se torna muy fuerte y los niños son un poco mayores, pueden idear pasar un fin de semana separados, como en la casa de los abuelos, para que comprendan que se extrañan. Luego poco a poco hay que fomentar que realicen tareas juntos.
-Hay que ser pacientes y tolerantes con los niños, debemos comprender la manifestación de sus celos, sin embargo, no hay que amenazarle con quitarle su cariño, porque eso es lo que realmente teme.
-No es recomendable hacer comparaciones entre los hermanos.
-Fomente que su hijo sea autónomo, ya que la dependencia hacia los padres puede provocar sentimientos de celos hacia quien considere como rival. En cambio si es autónomo cuando no podamos brindarle atención, lo comprenderá y no le afectará demasiado.
-Darle seguridad y confianza a su hijo, puedes elogiarlo cuando sea necesario.
-No hay que castigarlo porque observemos motivo de celos, ya que ello podría hacerle pensar que sí ha perdido el cariño de los padres. Hay que proceder con naturalidad, restando importancia a los celos.
-Hay que prestarle todo nuestro cariño para que se sienta querido y evite pensar otras cosas.
-Cuando observe algunas riñas entre hermanos puede intervenir deteniendo la pelea, pero sin buscar culpables.
-Estar pendientes de algunas conductas, por ejemplo si ves que el hermano mayor se acerca con un objeto peligroso, en lugar de gritarle, captura el objeto y demuéstrale tu cariño cogiéndole en brazos. Luego explícale que papá y mamá quieren a los hijos de igual forma.
A pesar de que los celos puedan ser normales dentro de la conducta infantil, los padres deben estar atentos para que estos sentimientos vayan desapareciendo. De lo contrario, unos celos que no se hayan resuelto en el momento oportuno puede generar en el futuro rivalidades fraternas o problemas en las relaciones interpersonales.
Es importante brindarles seguridad, afecto y normas claras, teniendo un reparto equitativo de amor entre los hermanos, de tal manera, que los hijos mantengan una excelente relación entre ellos, creando un clima de comprensión y compañerismo, haciendo que las posibles rivalidades propias de la edad sean dentro de lo normal.
Cuando el niño tiene un hermanito aprende a compartir afecto y cariño de los padres, esto es lo ideal que aprenda a ser generoso y empático con los que lo rodean. De esta manera, contribuye a que alcance la madurez que el niño necesita.
No olvides jamás hacer comparaciones entre hermanos, por el contrario puedes destacar lo positivo de sus cualidades y las ventajas que puede tener al ser el hermano mayor, como proteger a su hermanito. Es importante reconocer que todo varía de acuerdo a la edad de los niños, si el hermano celoso tiene menor edad habrá mayor dificultad para comprender las diferencias, mientras que sí es mayor en edad puede incluso demostrar mayor colaboración.
Lo que sí es destacable es que no debe ignorarse los celos que manifiestan los hijos, pensando que desaparecerán solos, esto puede ser perjudicial para el desarrollo de su lenguaje, generar irritabilidad, hacer la pis de nuevo, etc. siempre es importante prestar atención a las señales que nos dan los hijos, para brindarles todo nuestro amor por igual, de lo contrario tendremos niños agresivos que demuestren antipatía hacia los padres y cambien su comportamiento por completo. Compartir con todos los miembros de la familia es la clave fundamental.