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La investigación y curiosidad son elementos innatos en los niños, que siempre cuestionan, consultan y se preocupan por conocer todo lo que gira a su alrededor. Este aprendizaje se asimila observando y experimentando nuevas situaciones de la vida diaria, incluso con instantes tan simples, como cocinar con la familia, utilizar sus juguetes, a través de juegos científicos, construcción, manualidades o experimentos. Podemos fomentar y estimular sus habilidades con la habilidad y el juego.
Las matemáticas y la ciencia están interconectadas, las encontramos en cualquier lugar. Algunos consideran a las matemáticas como el lenguaje de la ciencia. Contar, clasificar o dibujar resultan ser actividades necesarias en la experimentación científica. Estar atentos a los juegos diarios de los niños nos ayudará a obtener diversos beneficios de situaciones concretas relacionadas a la ciencia.
Citamos un sencillo ejemplo, aunque parezca increíble, el baño diario puede ser una ocasión para aprender matemáticas y ciencia, observemos cuando el niño coloca los cubitos de juguete en la bañera, los cuenta, echa uno tras otro, está realizando la acción de contar y aprender fracciones, a pesar de su corta edad. Realizar este proceso le permitirá experimentar, observar y extraer conclusiones, al mismo tiempo que desarrolla sus habilidades motoras finas, las cuales luego necesitará para aprender a escribir. Lo interesante, es que se aprovecha los momentos en que el niño está motivado por la diversión, sin darse cuenta que está aprendiendo.
La mejor forma de motivar al niño es despertar su interés por situaciones que los rodean. Resulta que durante un día soleado, van caminando por la calle y se encuentran una moneda en el suelo, la cual está caliente obviamente por el clima. Con una sencilla pregunta podemos motivar su curiosidad, por ejemplo, preguntarle ¿por qué la moneda no está como las que se encuentran en el monedero?
Una vez más, la participación de los padres se pone a prueba, estando involucrados con las diferentes ocurrencias del día. Hay que estimular la curiosidad del niño, haciendo que tome conciencia de las cosas que giran alrededor, fomentar la observación, sus cuestionamientos para establecer conexiones y hablar sobre las cosas que va aprendiendo. Es normal que surjan dudas en el camino, pensando si estamos guiando correctamente a los hijos, pero no hay de qué preocuparse, ya que pueden ayudarse de material educativo propio de la edad de los niños, en función de sus intereses.
Otra manera de ayudarlo a enriquecer su vocabulario y capacidades verbales, es cuando le hablas de hechos científicos o nombras las cosas. Los niños asimilan todo con fascinación, sobre todo cuando escuchan palabras nuevas para ellos, además que su capacidad de observación se intensifica, captando mayor atención, concentración y razonamiento. Todo lo que vaya adquiriendo le servirá para la vida misma.
Hay que recordar que cualquier situación se puede transformar en un experimento científico. Por ello, es recomendable que cuando los niños identifiquen o manifiesten que algo llama su atención o les gusta, por más simple que parezca, debes compartir su entusiasmo.
A continuación algunas formas de despertar el interés científico en los niños con la aplicación de juegos caseros.
- Juegos de construcción: al jugar con bloques, piezas normales o imantadas, el pequeño asimila conceptos fundamentales como construir, probar y ver qué pasa con las creaciones que ha hecho. En este momento, puedes aprovechar de interactuar con el niño, preguntándole cosas relacionadas. Asimismo, la geometría y el reconocimiento de formas son entendidos de mejor manera a través de los juegos de construcción, se contribuye a fomentar el razonamiento espacial, logrando solucionar problemas y aprender a tomar decisiones. Además, los juegos lo ayudarán a organizar, clasificar materiales y compartirlos.
- Pompas de jabón: otra actividad divertida para los niños es soplar burbujas de jabón, esto se puede realizar de formas variadas, como soplar para que el viento se las lleve, u observar como las luz las atraviesa, o simplemente observar qué ocurre cuando explotan.
- Jugar con arcilla o plastilina: este es uno de los juegos favoritos de los niños, ya que crean infinitas posibilidades, además que experimentan un juego lleno de imaginación. Al trabajar con arcilla, el pequeño descubre que después que la deja secar queda dura y ya no puede volver a trabajarla.
- Jugar con pinturas: un momento atractivo para los niños es cuando colorean y realizan pinturas que les permiten hacer una mezcla de colores. Pueden sugerirle que se convierta en un científico que experimentará con texturas y combinación de colores, los cuales ayudarán a crear nuevos colores, como el azul y amarillo, crean el verde, mientras que del rojo y amarillo surge el naranja, así también el rojo y azul, el morado, etc. Utilizando esponjas o estampadores se pueden crear diversas formas probando texturas.
- Ciencia en la cocina: seguir las instrucciones y medir los ingredientes en la cocina, ayuda a realizar una actividad matemática. Asimismo, al cocinarlos realizan la actividad de saltear, mezclar u hornear, lo cual permite que sin proponérselo practiquen una actividad química. Los pequeños experimentan las propiedades de los sólidos y líquidos, observan cuando la mantequilla se funde al contacto con el calor, o como una masa de galleta blanda se transforma en sólido luego de ser horneada. Adicionalmente, se puede trabajar con el agua, que gracias a sus propiedades, adquieren cierta forma volviendo luego a su estado original. Por ejemplo, podemos hacer cubitos de hielo que al derretirse se convierten en agua. O también trabajar con alimentos que una vez que adquieren una determinada consistencia ya no vuelve a su forma original, es el caso del huevo frito o la masa que se transforma en bizcocho.
- Ciencia al ir a dormir: al apagar la luz de una habitación, practiquemos la proyección de luz de una linterna a un espejo y fijémonos hacia donde se refleja. Luego apagamos la luz nuevamente, le decimos al pequeño que trate de ver qué hay en la habitación mientras estamos a oscuras. De aquí podemos aprender cómo se observan las cosas con la luz reflejada en los objetos. Además, también puede experimentar con las sombras, que resultan ser divertidas para los niños, pueden hacer formas con las manos en la pared o utilizar objetos acercándolos o alejándolos de la luz, observando cómo varían en tamaño. Hay que enseñarles, que una sombra es una luz obstaculizada.
- Jugar con las matemáticas: Resulta muy beneficioso que los niños jueguen con juegos donde apliquen las matemáticas. Se suele decir que los niños que juegan con los objetos antes de que se les pida resolver el problema, los convierte en más creativos y acertados en el pensamiento.
- Montar su propia tienda: hay que enseñarle al niño que elabore una tienda con lo que le guste, dándole materiales o dejarlo que él mismo los cree. De esta manera, aprenderá habilidades para organizarse, tomar decisiones, solucionar problemas y compartir con los demás niños a través de un juego cooperativo. Hay que observar cómo se desenvuelve cuando está jugando, aquí nos podemos dar una idea sobre su concepción del dinero e interpretación de cómo funciona el mundo para él.
La mejor manera de estimular las habilidades del niño, se construye fomentando la observación y curiosidad, logrando que el pequeño pregunte y cuestione cosas. De esta forma, estimulamos su pensamiento crítico, el interés por el autoaprendizaje y la iniciativa para la toma de decisiones. Hay que estimular las capacidades a través del juego que los acompaña durante la infancia, lo cual se convertirá en un legado para su vida adulta.
Han dejado 1 comentario...
monica manriquez
19 de abril de 2012 a las 5:27 PM
muy interesante me sirviò para realizar algunas actividades de ciencias naturales a los niños les gustò mucho