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Según algunos estudios, jugar con muñecas y muñecos se considera algo fundamental y básico para el desarrollo motor, emocional, social y desarrollo cognitivo de los niños. De hecho, si estos juguetes no existieran, los niños espontáneamente los crearían a su manera.
Además de mejorar habilidades como el desarrollo de la capacidad comunicativa, la imaginación, la creatividad, aprendizaje de tareas y hábitos…, jugar con muñecas y muñecos otorga al niño un mundo de ensayo de la realidad, un banco de pruebas para la vida real.
El juego con muñecas y muñecos permite al niño identificarse de una manera sencilla con el mundo real. Consiguen adaptar su propia identidad y realidad social al encontrarse con situaciones que deben solucionar al verse reflejados en sus propias muñecas y muñecos.
A lo largo de los años, los valores han ido cambiado y adaptándose a los nuevos tiempos, en pleno auge de la revolución femenina, con una representación de la mujer en todas las áreas de la vida pública, los niños ya no sólo juegan a ser papás y mamás, o a cuidar de sus hijos, los niños jugando con muñecas y muñecos, aprenden a cuidar de losa demás y a ser solidarios y responsables.
Como dijo Joaquín Sabina, las niños de hoy no se conforman con ser princesas y príncipes, sino que quieren ser modelos, enfermeras, médicos, actrices… Quieren adquirir diferentes responsabilidades y poder compartirlas con el resto de la sociedad. Y no por ello pierden su masculinidad o feminidad, su pasión por lo moderno y por los detalles. No es cuestión de que los niños reflejen en su muñecas y muñecos lo que quieren ser cuando sean mayores, pero sí que al tomar los roles de los modelos presentes en su entorno sean capaces de tantear qué cosas son capaces de hacer. Leer el resto de este artículo ⇒
Cuando se observa que un niño presenta un retraso de crecimiento, hay que indagar cuales son las causas de su origen. Se ha presentado casos, en que la razón se debe a una cardiopatía, una intolerancia al gluten o un problema endocrino, por ello, un tratamiento adecuado para corregirlo y posteriormente curarlo, repercutirá a favor del crecimiento y la obtención de la talla correcta.
Según las estadísticas, cerca del 20% de los niños que van al pediatra porque presentan una dificultad de crecimiento o talla baja, sufren alguna enfermedad. El 80%, que tienen baja estatura, consideran la razón de este inconveniente, a su herencia genética, o también porque padecen un retardo puberal, que en ocasiones resultar ser solo temporal.
Según los estudios, se considera que el crecimiento de los niños es un indicador importante para valorar su estado de salud. Cuando ocurre alguna desviación dentro de los parámetros establecidos, los padres inmediatamente, suelen alarmarse. Es por ello, que los parámetros considerados para evaluar el crecimiento del niño son el peso, la talla y velocidad del crecimiento. Los valores normales de estas variables se reflejan en curvas especiales de crecimiento, lo que permite realizar un considerado seguimiento a los niños. Las mediciones de estatura deben ser habituales, ya que si se dan de manera aislada, carecen de valor considerable.
Las razones por las que se puede producir un retraso en el crecimiento, las agrupamos en tres categorías:
- La baja talla familiar: suele presentarse cuando los padres tienen baja talla. Aunque la talla y peso sean normales al momento de nacer, el retraso constitucional en el crecimiento suele aparecer en la infancia, presentando una desaceleración de la velocidad del crecimiento y afectando más a los varones.
- Trastornos congénitos: no existe un tratamiento en muchos casos. Se presenta como un retraso en el crecimiento dentro del útero de la madre, ya sea por una infección, exposición a radiaciones o toma de algún medicamento, alcohol, tabaco, o droga.
- Enfermedad: en algunos casos, es posible un tratamiento efectivo. Las siguientes patologías son las que más incidencia presentan en el patrón de crecimiento infantil: las enfermedades gastrointestinales, cardiovasculares y renales, la desnutrición, los trastornos endocrinos como el hipotiroidismo, el síndrome de Cushing y el déficit de la hormona del crecimiento. Leer el resto de este artículo ⇒
Los ordenadores tienen cada vez una presencia más importante en nuestra sociedad. Tener un ordenador puede permitir que los niños accedan a todo un inmenso mundo a su alrededor, con todo lo bueno, pero también con todo lo malo. Los ordenadores son una buena manera de acceder a la cultura y la educación. Es responsabilidad de los padres guiar en el camino a esta cultura a sus hijos facilitando lo deseable y evitando lo no conveniente.
El ordenador ofrece una infinita gama de posibilidades para que el niño se divierta, pero debemos hacerle entender que esta herramienta, es sólo un medio para obtener información y comunicarnos, pero no debe ser su eterno compañero, por lo que, a pesar de sus beneficios, debemos restringir su uso.
Para la mayoría de padres la cuestión fundamental es saber: ¿para qué lo necesita mi hijo?. El ordenador bien puede ser un juego o una herramienta de aprendizaje. Como juego, el ordenador puede hacer funcionar videojuegos con los que jugar. Como herramienta, el PC puede utilizarse de manera similar a como lo haría un adulto.
Los ordenadores pueden procesar multitud de programas y aplicaciones (calculadora, hojas de cálculo, editor de textos, bases de datos, fotografías, sistemas de comunicación y, evidentemente, juegos). Y en general, a los niños les encanta usar el ordenador o PC, tanto en casa como en el colegio.
Cuando demos al niño su primer ordenador, es necesario enseñarle a organizarse: que cuente con su propio escritorio, que elabore su lista de favoritos, que escoja su protector de pantalla, en fin, que se se sienta dueño de ese espacio, con autonomía y decisión propia. Leer el resto de este artículo ⇒
El teléfono móvil, hoy en día, es un elemento indispensable dentro del cuidado de nuestros hijos. Tal es así, que nos permite saber dónde están y localizarlos con mayor rapidez. Pero además, ofrece una gama muy amplia de servicios como navegar por Internet, mandar mensajes de texto, lo que lo ha convertido además en un juguete perfecto para los pequeños.
No obstante, en ese sentido, puede convertirse en una herramienta peligrosa, pues a través de él, el niño puede acceder a un sinfín de información que no siempre será la más conveniente para su edad. Es por ello que debes inculcárle a tu hijo que el teléfono móvil no es un juguete, que hay que tener responsabilidad para tenerlo y los límites que debe tener con o sin la supervisión familiar.
Para ello, hay que enseñarle al niño que el teléfono móvil es en primer lugar, un dispositivo que sirve para comunicarnos, es decir, de un medio y no una finalidad en sí. Y que ventajas como almacenar música, escuchar radio o jugar en línea son sólo accesorios.
También hay que tomar en cuenta que el teléfono debe ser lo más sencillo posible cuanto más pequeño sea el niño. No sólo para enseñarle la verdadera utilidad de éste, sino para evitar despertar los celos o la envidia de niños de su edad. Y claro está, también por el hecho de que a menor edad, menos sentido de responsabilidad, además puede perderlo en cualquier descuido. Así pues, el más indicado será uno móvil básico para niños, de tecnología sencilla y teclas grandes.
Una vez que el pequeño cuente con el dispositivo móvil, debe grabársele el teléfono de los padres, familiares cercanos y cualquier persona que pueda socorrerlo en caso de un accidente. También hacerle que memorice el 112, número de emergencias para toda Europa.
Respecto al Internet, es mucho más conveniente que acceda a él desde el ordenador de casa y no desde el teléfono móvil, donde es más difícil rastrear sus movimientos. Por eso, tal servicio debe estar bloqueado.
En cuanto a los números de los padres, éstos deben estar grabados en marcado rápido para una pronta comunicación en caso de ser necesaria. Leer el resto de este artículo ⇒
Entre los 3 y 5 años, los niños son capaces de desarrollar muchas actividades motrices: caminan, corren, saltan vallas y hasta montan bicicletas. Para los cinco años, tienen tan buen dominio de estas capacidades que añaden dificultades como hacerlo en sentido contrario, a toda velocidad o dando vueltas.
Lograr un mejoramiento continuo de estas habilidades se consigue únicamente a través del juego. Tomemos esto muy en cuenta, ya que sólo un niño con las habilidades motrices desarrolladas adecuadamente para su edad, estará en la capacidad de interrelacionarse efectivamente con otros pequeños y participar en juegos grupales, factores determinantes para que el niño tenga confianza en sí mismo. Leer el resto de este artículo ⇒
¿Cómo va mejorando el niño sus destrezas? A través del ejercicio continuo de labores de exploración del entorno y de poner a prueba sus capacidades. Ambos representan retos para el niño y la búsqueda de perfeccionamiento contribuye a mejorar sus capacidades motrices.
Gracias al juego, el niño obtiene un estímulo que le permite recrear en su mente una imagen de su cuerpo y el entorno. Con estas imágenes, desarrolla su percepción sensorial y aprende a controlar los elementos que componen el mundo que le rodea. Asimismo, adquiere conciencia de qué es exactamente lo que le rodea, en dónde se encuentra y a equilibrarse dentro de este universo.
¿Qué entendemos por motricidad? Pues llamamos así a la capacidad del niño de explorar y desplazarse por su entorno. Dentro de estas habilidades se considera el poder caminar, saltar, correr, bailar, pintar… entre otras.
Hay que indicar que es importante que, durante la primera infancia, se incida en el desarrollo de la motricidad fina, esto es, por ejemplo, trabajar en los movimientos de la mano. Esto puede lograrse a través del dibujo, la pintura y la utilización de juguetes para montar. Tomemos en cuenta que a partir de los dos años, el niño ya es capaz de dominar varias funciones motrices, las cuales desplegará aún más al momento del juego. Leer el resto de este artículo ⇒
Jugar a solas con juguetes cuando se es un niño tiene sus beneficios. Si bien la presencia de los padres es muy importante, es favorable darle su propio espacio y dejarle de vez en cuando solo, al menos por un breve lapso, para permitirle que halle entretenimiento por sí mismo.
Jugar solos les permite entre otras cosas, ser más independiente, más autónomo, y fomenta su creatividad e imaginación.
Sin embargo, es común en niños menores de dos años, sentir que no pueden jugar sin la compañía de un adulto. Esta actitud es perfectamente normal, no obstante, debe favorecerse que, poco a poco, el niño aprenda a jugar sólo. Y es que, por más pequeño que sea el niño, se le debe ir enseñando que el padre no puede estar junto a él todo el tiempo.
Jugar a solas con sus juguetes es una gran oportunidad para los niños. Les permite dar rienda suelta a su imaginación sin temor a ser observados, desarrollar su creatividad y ser mucho más autónomos. Además, les ayuda a explorar lo que se encuentra dentro de su entorno.
¿Qué ocurre pasa cuando el adulto interviene todo el tiempo? Entonces, el niño pierde su curiosidad natural por descubrir nuevas cosas y se vuelve un ser pasivo.
¿Qué ocurre cuando el niño juega solo con los juguetes? Según los especialistas, ocurre todo un proceso en el que el pequeño organiza su propia estructura para salir airoso del juego. Durante esta etapa, el infante descubrirá para qué sirve determinado juguete, cómo funciona y cómo puede relacionarse con él. De esta manera, el niño no sólo obtiene experiencias nuevas, sino que además vuelca sus emociones internas y se comunica con su yo interno. Esto permitirá a los padres conocer más del pequeño. Leer el resto de este artículo ⇒
Se puede decir que el Lenguaje es un fenómeno cultural y social que posibilita, por medio de signos y símbolos adquiridos, la comunicación con otras personas y con nosotros mismos.
Si partimos de la definición de Lenguaje mencionada, no podemos denominar “lenguaje” a ninguna de las manifestaciones de un bebé recién nacido. Por ello, esta fase la denominaremos como “pre-lingüística”
Es sabido que el niño ya oye desde antes de nacer. Evidentemente, aunque sí oye, no le concede a lo escuchado una significación concreta. En los primeros meses, la percepción auditiva del bebé es evidente, pero no así la significación de lo que se ha oído.
En los 8 y 9 meses de vida el bebé comienza a imitar el mundo sonoro que lo rodea y su primera atención la dedica a sus propias emisiones sonoras
Durante esta fase el bebé atiende y da respuesta ante su nombre, aproximadamente en el décimo mes comprende o parece que comprender el significado del “no” y del “papá”, aunque el significado que el niño le da a algunas palabras como esas, no es siempre la misma que le da un adulto.
A partir de los 10 meses, el niño comienza a imitar al adulto. Repite sonidos y sílabas que oye en el adulto.
Sobre los 11 meses comienza a emplear palabras sencillas con significado concreto. Algunas frases las entienden de manera general. Por ejemplo, si se les pregunta: ¿dónde está el coche?, el niño mira a su alrededor y busca cualquier juguete.
Sobre el año de edad el niño ya es capaz de realizar acciones motrices bajo ordenes: el verbo “dame” y el “toma” son las primeras acciones de contenido verbal que llegará a comprender. Tambien es capaz de imitar con facilidad nuevas sílabas y pronunciar 10 palabras aproximadamente.
Entre el año y el año y medio de edad el bebé puede a expresar aproximadamente 15 palabras, empezando con “mamá” y “papá”, a las que les da un amplio significado y continua mejorando su repertorio infantil a medida que las posibilidades fono-articulatorias van desarrollándose.
Hay que ser conscientes de que a esta edad las distracciones son habituales, sin embargo, indicaciones como “abre la boca”, o “dame el balón” pueden ser entendidas y realizadas por la mayoría de los niños. Leer el resto de este artículo ⇒
La creatividad nos beneficia en muchos aspectos. Uno de ellos es el mejoramiento en la capacidad de resolver problemas. Cuando el niño juega, resuelve una serie de “pequeños líos”, como cambiar de ropa a la muñeca o construir una torre con la suficiente base para que no caiga.
Asimismo, recrear a través de sus juegos lo que observa en el mundo real, es uno de los pasatiempos más apreciados por el niño. A los 12 ó 24 meses, el niño tiende a imitar aquellas actitudes que observa en las personas de su entorno más cercano, por lo que se debe fomentar esta clase de juegos, ya que activa su pensamiento creativo y aprende patrones de conducta.
De esta manera, el tiempo libre del niño se convierte en tiempo creativo, y, sin darse cuenta, el pequeño ya no sólo se divierte, sino que incrementa su curiosidad para entender qué es lo que lo rodea y lo empuja a enfrentarse a nuevos retos. Con ello, aprenderá a conocer mejor sus debilidades y fortalezas y también, a mejorar su autoestima.
Los juegos recomendables para esta etapa son: los de la comida o la hora del té, así como a la mamá o al papa, a limpiar la casa, a cocinar o conducir un coche. Leer el resto de este artículo ⇒