Juguetes por Edad
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Jugar a solas con juguetes cuando se es un niño tiene sus beneficios. Si bien la presencia de los padres es muy importante, es favorable darle su propio espacio y dejarle de vez en cuando solo, al menos por un breve lapso, para permitirle que halle entretenimiento por sí mismo.
Jugar solos les permite entre otras cosas, ser más independiente, más autónomo, y fomenta su creatividad e imaginación.
Sin embargo, es común en niños menores de dos años, sentir que no pueden jugar sin la compañía de un adulto. Esta actitud es perfectamente normal, no obstante, debe favorecerse que, poco a poco, el niño aprenda a jugar sólo. Y es que, por más pequeño que sea el niño, se le debe ir enseñando que el padre no puede estar junto a él todo el tiempo.
Jugar a solas con sus juguetes es una gran oportunidad para los niños. Les permite dar rienda suelta a su imaginación sin temor a ser observados, desarrollar su creatividad y ser mucho más autónomos. Además, les ayuda a explorar lo que se encuentra dentro de su entorno.
¿Qué ocurre pasa cuando el adulto interviene todo el tiempo? Entonces, el niño pierde su curiosidad natural por descubrir nuevas cosas y se vuelve un ser pasivo.
¿Qué ocurre cuando el niño juega solo con los juguetes? Según los especialistas, ocurre todo un proceso en el que el pequeño organiza su propia estructura para salir airoso del juego. Durante esta etapa, el infante descubrirá para qué sirve determinado juguete, cómo funciona y cómo puede relacionarse con él. De esta manera, el niño no sólo obtiene experiencias nuevas, sino que además vuelca sus emociones internas y se comunica con su yo interno. Esto permitirá a los padres conocer más del pequeño. Leer el resto de este artículo ⇒
¿Cuál es la edad ideal para que el niño aprenda a ser independiente? Pues a ciencia cierta, no existe una edad exacta para llegar a este nivel de madurez, pero existen ciertos puntos que nos pueden ayudar a descubrir cómo de dependiente es el menor.
Lo primero que se debe hacer es evaluar e informarse sobre las actividades que un niño de esa edad suele realizar y compararlas con las del pequeño. Esto no significa compararlo con su hermano o su vecino o su compañero de clases, sino con varios menores para tener una idea más amplia. Con ello será posible darse cuenta qué avances debería haber obtenido o ha obtenido ya el niño para su edad.
De esta manera y sabiendo qué capacidades debe alcanzar el niño de su edad, se recomienda motivar al niño para desarrollarlas. Para ello, se le deben brindar las herramientas necesarias. Asimismo, explicarles de una manera sencilla qué conducta se espera de ellos y practicarlas en conjunto hasta verificar que se realice correctamente. Leer el resto de este artículo ⇒
Las capacidades que el niño va adquiriendo le permiten hacer un papel cada vez más proactivo con las personas de su entorno. Poco a poco, el niño busca ser más autónomo e independiente e intenta realizar acciones por cuenta propia sin querer ser ayudado.
El camina, correr, gatear, saltar, investigar objetos y situaciones… además de permitirle al niño desarrollar su físico y liberar energías, también le hacen ser más independiente, pues comprueba que sus capacidades físicas aumentan y con ello la confianza en sí mismo.
Para que el niño llegue a ser independiente precisa disponer de oportunidades de elegir, decidir, tomar iniciativas, cometer errores, y comprobar lo que ocurre tras sus acciones. Sólo de este modo, aprenderá a encontrar soluciones a sus propios problemas.
A su vez, el niño precisa sentir que se confía en él, tener posibilidad para hacer acciones solo y mostrar sus resultados y logros. Así aumenta su autonomía y confianza.
Progresivamente, el niño podrá y querrá hacer muchas cosas solo, tratará de comer, ponerse la ropa, lavarse los dientes, atarse los zapatos…, logrando cada vez una mayor autonomía.
Así las cosas, es interesantes alentar al niño a resolver sencillos problemas a través de juegos, juguetes y situaciones cotidianas. Si se le da todo hecho y se le da sobreportección, se volverá pasivo y dependiente en exceso. Mientras que si se confía en él, se podrá comprobar cómo va respondiendo a la confianza puesta en él y cómo va mejorando.
De la aceptación que le depositen los adultos y de la permisividad que se tenga en relación a su deseo de independencia, dependerá sustancialmente el desarrollo de su autonomía y de confianza.
¿Qué entendemos por juguetes didácticos? Pues básicamente son lo mismo que un juguete educativo, con el añadido de que éstos refuerzan una o varias disciplinas de aprendizaje.
Los juguetes didácticos pueden lograr una mejora de determinadas habilidades: razonar, prestar atención, memorizar, fluidez verbal, inteligencia, creación de estrategias, búsqueda de soluciones, control de emociones, habilidades sociales… etc
Los juguetes didácticos pueden permitir que niños principiantes en tareas concretas sean expertos gracias a la ejercitación.
El juguete didáctico plantea metas de aprendizaje, incrementando la propia competencia del niño y su autonomía, asumiendo como propios los objetivos a conseguir.
Los juguetes didácticos permiten desarrollar estrategias y técnicas de aprendizaje que vayan a permitir lograr que el niño aprenda a aprender y pensar, a la vez que estimula su curiosidad natural.