Juguetes por Edad
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Hay que tener en cuenta que las expresiones de enfado y frustración son naturales durante el juego. Juguetes como las marionetas, muñecos y casitas de muñecas consiguen que estos sentimientos sean más seguros, menos ansiosos y más cómodos para el niño. Un pequeño o bebé descarga su enfado a través de los berrinches y rabietas. En el momento que empieza a razonar, estos arranques se harán de manera verbal en lugar de física.
Debes tener presente que si el niño exagera sus movimientos expresando formas que no son aceptables como lanzar juguetes o romper cosas, tu reacción tiene que ser inmediata. En lugar de que te enfades con él, demuestra tristeza por la ruptura del objeto, guardándolo sin sustituirlo por otro, de esta manera le enseñarás que la consecuencia inevitable es aceptar que el juguete ya no está, debido al mal comportamiento.
Con estas acciones ayudas a que el niño vaya madurando y se dé cuenta del resultado de sus actos. Así entenderá lo que es el dolor, la frustración o el enfado. Siempre hay que corregirlo cuando observas conductas inadecuadas, por ejemplo si hace daño a alguien, ya sea de manera accidental o deliberadamente, hay que enseñarle que no es aceptable y debes hacerle entender que hay límites en el comportamiento y cuáles son éstos. Es importante establecer los límites, en todo tipo de entorno, en el hogar, en el colegio, con los amigos o de visita. Hay que observarle y escucharle, en todo tipo de situaciones, no adelantes juicios precipitados.
Cuando otras personas te informen sobre algún comportamiento negativo de tu hijo, siempre es bueno indagar en lo que realmente ocurrió, antes de que tomes decisiones apresuradas, escucha a ambas partes y saca tus propias conclusiones. No hay que condenar al niño demasiado, menos sobreprotegerlo, se debe mantener un equilibrio para poder corregirlo con justicia. Estar alerta para llamarle la atención cuando esté equivocado, la idea es que se dé cuenta practicando la amabilidad. Jamás trates de defenderlo ante alguna situación donde sabes con certeza que ha incurrido en un acto negativo. Como padres puedes corregir a tu hijo incluso cuando sea grande, recuerda que nunca se deja de enseñar y aconsejar.
Otro punto importante es el ejemplo que le brindas, ya que están observando tus actitudes, ante ello no hay nada más terrorífico que imite un comportamiento inadecuado. Por ello, hay que tener cuidado con lo que expresas o demuestras.
Asimismo, esta es una etapa en la que los niños demuestran ciertas rivalidades ante sus hermanos, suelen presentarse similitudes y diferencias, cuando el hermano quiera imitar al mayor, por ejemplo. Ante esto, la solución podría ser conseguir tareas menos competitivas, logrando que realicen labores juntos, de tal manera que no haya comparaciones. Pueden emprender un proyecto en conjunto, buscando el mismo objetivo, de esta forma explotamos los talentos de cada quien, consiguiendo llegar a la misma meta.
Cuando se observa estas situaciones de conflictos internos y familiares entre hermanos, podría ser recomendable dar a cada niño duplicados de sus juguetes favoritos. Así reducimos la competencia, presentando todo equitativamente.