La infancia es una etapa crucial en la que la alimentación es sumamente importante para sembrar las bases de la calidad de vida de una persona adulta. Un descuido en este tema puede significar un factor de riesgo.

El desayuno constituye una comida necesaria para el desarrollo físico e intelectual de los pequeños, por lo tanto representa gran importancia, al ser el primer alimento del día.

Generalmente, el desayuno proporciona cerca del 20 al 25% del aporte energético diario. Pese a ello, hay muchos casos en los que los padres descuidan esta parte, haciendo que los niños vayan a la escuela sin desayunar, lo cual es un gran error.

Esta situación crítica se suele presentar más en las niñas que en los niños, es así que solo un porcentaje mínimo de niños y jóvenes que desayunan de manera óptima, consume lácteos, cereales y frutas.

Muchos padres no son conscientes todavía de la importancia de esta primera comida, desconociendo la relación que tiene con el óptimo crecimiento y desarrollo intelectual.

Es ideal que el pequeño sepa comer de manera saludable, ya sea para alcanzar un desarrollo físico y psíquico deseado, y también para evitar algunos factores de riesgo como las enfermedades a largo plazo, es el caso de la obesidad, el colesterol y las caries.

Recordemos que el desayuno es el combustible inicial para empezar la rutina diaria con energía, por ello hay que asegurarnos que el aporte de nutrientes sea consecuente y constante, porque solo así tendremos la fuerza y vitalidad necesaria para continuar el quehacer diario.

La influencia del desayuno en el rendimiento escolar

Si mantenemos un equilibrio en la alimentación del niño, evitaremos que se sienta fatigado en el colegio y disminuya su atención de las clases, ya que durante el día puede sentir ligeras contracciones debido al hambre, por no tener alimento en el estómago.

Precisamente, la falta de alimento provoca cansancio, dolor de cabeza, desgana, somnolencia, disminuyendo el rendimiento intelectual de los niños.

Según las investigaciones realizadas, se observa que los estudiantes que toman un buen desayuno, antes de iniciar las clases, obtienen mejores calificaciones en matemáticas y lenguaje, prestan mayor atención, reducen las visitas médicas y tienen un mejor comportamiento.

¿Qué tomar en un buen desayuno?

El tiempo que supone el trabajo o la labor diaria no justifica que podamos atender a los niños como es debido, teniendo en cuenta que se encuentran en formación y necesitan alimentos de alto valor nutricional, tenemos diferentes opciones para hacer un desayuno rápido y sencillo que sea nutritivo para los niños.

En ocasiones, los padres complacen a sus hijos con comidas que tienen alto contenido de grasas, pasteles o golosinas, que contienen muchas calorías sin presentar los nutrientes que realmente el pequeño requiere.

El desayuno ideal incluye toda clase de alimentos, que pueden ser muy diversos, sin embargo es recomendable la ingesta de nutrientes energéticos (hidratos de carbono y lípidos), estructurales (proteínas) y vitaminas y minerales.

Lo que nunca debe faltar son los lácteos, cereales, frutas o zumos de fruta fresca, los cuales pueden complementarse con otros alimentos proteicos, tales como huevos, jamón, entre otros, llegando alcanzar el 20 al 25% de las necesidades energéticas diarias.

Es preferible habituar a los hijos desde pequeños, a que tomen conciencia de la importancia del desayuno. El tiempo estimado que se debe dedicar es de 15 a 20 minutos, sentados en la mesa, si es posible con los miembros de la familia, en medio de un ambiente relajado y sin juguetes o juegos que puedan distraer de la tarea al niño.

Para tales fines, hay que despertar al niño con tiempo suficiente, dejando todo listo y preparado desde el día anterior para que no tenga problemas al ir a la escuela. No olvidar que es primordial que el pequeño desayune todos los días para que pueda obtener un mejor rendimiento escolar, teniendo presente a las frutas, cereales y leche como parte de su alimentación.