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Desde nuestra posición como padres podemos hacer mucho por aportar a la conservación de la naturaleza y el planeta, de tal forma que vivamos en un ambiente lleno de optimismo y alegría. Es así que podemos elaborar un plan familiar de reciclaje, ecológico o verde, que ayude a introducir las normas y rutinas para que los niños aprendan. De esta manera, contribuimos a generar un hábito necesario para comprender que antes de tirar cosas a la basura deben examinar si es accesible a reciclarla, reutilizarla o haber realizado algo antes para reducir el consumo.
Queda a decisión de la familia, cómo pueden contribuir en esta práctica, tomando las medidas necesarias y cumpliendo su propio plan. Cada vez que observamos cómo los niños adquieren el hábito de reciclaje, pueden organizar reuniones familiares para plantearse nuevos retos, en los cuales surgirán ideas para un mejor desarrollo.
Además, continuando con la motivación de los niños, podemos crear unos premios distintivos enfocados a los logros y objetivos de los pequeños y adultos. Si deseamos mantener el interés, se pueden programar premios por cada mes e iniciar de nuevo al siguiente mes. Inclusive cuando termine el año se puede dar otro premio reciclado, considerando un ganador anual.
Proponemos 10 acciones para realizar con los niños, las cuales pueden servir como punto de partida de la labor de enseñar a reciclar a los niños:
-Jugar con juguetes reciclados y crear juegos a partir de materiales que vamos a tirar: entretenerse con una casa de cartón reciclado o construirlo resulta divertido, no solamente porque permite crear e imaginar una determinada situación, sino porque pueden jugar a establecer normas ecológicas, colocar recipientes de colores en las paredes y adornarlos con objetos que extraeremos del baúl de reciclaje que tenemos en casa. Así los niños pueden entender que los objetos pueden continuar siendo utilizados para otros fines.
Los niños siempre son creativos y pueden inventar juguetes sin restricciones, de este modo pueden dar vida a objetos que nosotros creemos que son inservibles como: una caja de zapatos, el palo de una escoba rota, una botella de plástico vacía, el botecito de revelado de fotos…
-Hacer un póster con todos los recursos que hay en la ciudad para reciclar: es necesario identificar los recipientes o contenedores que recogen dispositivos electrónicos, pilas, ropa, productos tóxicos… Generamos conciencia a través de un póster, donde se puede dibujar las calles o zonas en las que se encuentran ubicados, ya que hay muchas personas que no conocen cómo y dónde reciclar. Por ello, con el uso del póster podemos contribuir a un mejor entendimiento.
-Crear una habitación “verde”: la luz se reflejará mejor si pintamos de color claro las paredes. Además ahorramos electricidad si colocamos unas bombillas de bajo consumo o colocamos lámparas en las esquinas, que pueden ayudar a proyectar mejor la luz.
-Ahorrar energía bajando la calefacción: muchas veces es posible ponerse algo más de ropa y bajar el consumo de energía.
-Medir la cantidad de basura que generamos: Para generar conciencia en los niños de que debemos reducir la cantidad de basura, es esencial que tomen en cuenta el promedio de desechos que generamos como familia. Al medir las bolsas de basura que se generan y establecer comparaciones con otras cosas de peso equivalente, el niño puede comprender la cantidad y necesidad de ahorrar. Al concienciar lo que se gasta, los niños entenderán la importancia de ahorrar los recursos.
-Llevar a la compra bolsas de tela: quizá no muchos recuerden que para elaborar bolsas de papel se requiere cortar árboles y se emplea petróleo para crear las bolsas de plástico. En ese sentido, hay muchos países que ya están considerando tomar medidas, para poder cambiar ciertos hábitos. Por qué no animarse a utilizar bolsas de tela, que en suma son más resistentes y lo principal, no dañan al medio ambiente y son reutilizables.
-Ahorrar agua: No desperdiciar el agua, cuando no vas a usarla, no hay que dejarla correr, es preferible cerrar el grifo hasta que se vaya a usar. Inclusive al lavarte los dientes hay que utilizar un vaso con agua. En las antiguas cisternas (las modernas vienen con la opción media o descarga completa) también se puede colocar una botella de 2 litros de tal manera que se ahorre esa agua cada vez que se llene.
Todos conocemos la importancia de tener las manos limpias y los dientes cepillados después de la comida, sin embargo, ello no debe permitir que se gaste agua más de lo debido.
-Reducir la basura que generamos: es importante reducir la cantidad de basura que generamos. Muchas veces pensamos que es imposible, sin embargo, no es difícil. Para darnos un ejemplo: podemos limpiar y reutilizar las bolsas de plástico, el papel de aluminio o los botes de cristal. Asimismo, el papel se puede aprovechar hasta que no se pueda escribir más en él. Si tenemos un contenedor para cada residuo, podemos reciclar aquello que no vamos a volver a usar.
-Ducharse en lugar de bañarse: Al ducharnos estamos ahorrando la mitad de agua que si nos bañáramos. Hay que tomar conciencia de no dejar que el agua caiga a montones y cerrar la ducha cuando nos estamos jabonando. Los baños resultan ser relajantes, sobre todo si utilizas agua caliente, pero puedes tener la misma sensación si te arropas bien con una manta.
-Ahorrar electricidad: Si apagamos las luces cuando salimos de la habitación, apagamos la televisión si no vamos a verla, si usamos pilas recargables… se puede ahorrar electricidad.
-Buscar las fugas por dónde se cuela el aire en la casa: Se puede ahorrar aún más energía cuando la casa está bien aislada. Merece la pena invertir en buenas ventanas y puertas. También podemos observar si entra aire por alguna ventana o puerta para poder usar aislantes y ahorrar energía. Todo esto se debe explicar y enseñar a los niños para que puedan comprobar acercando su cara a las rendijas por donde entra corriente al hogar.
En las casas y pisos se suele consumir demasiada electricidad o gas para mantener un ambiente caliente. Sin embargo, si observamos fugas por donde se escapa el calor, gastar un exceso de energía no tendrá sentido.
Debemos iniciar la tarea por casa, ya que es la forma más fácil y eficaz de ayudar a los niños a mantener el medioambiente. No olvidar que se deben apagar las luces, ahorrar el agua, utilizar bombillas y luminarias de bajo consumo, aplicar el reciclaje, reutilizando ciertos objetos. Tenemos múltiples posibilidades para aplicar las acciones.
En un mundo como en el que nos encontramos, se hace necesario el ejemplo que le damos a los niños para que tomen conciencia del problema. Esto lo acompañará hasta que sean adultos, por eso mucho depende de la enseñanza que le brindemos en casa. Siempre es bueno compartir ideas para llegar a objetivos comunes, aportando cada uno un granito de arena para conservar el planeta que le dejaremos a nuestros hijos.