A menudo, los padres suelen quejarse cuando los niños no los obedecen porque se comportan de una manera caprichosa, queriendo hacer lo que ellos desean. A los niños hay que guiarlos, indicándoles las consecuencias de lo que hacen, educándoles por el camino correcto.

Para ello, en principio hay que tener en cuenta cuáles son las situaciones difíciles y las reacciones que tenemos frente a ellas. Indagar a través de lecturas, libros o especialistas, cuáles son las mejores formas para educar a los hijos, ya que muchas veces se toman modelos según lo aprendido en la infancia, ya sea por el ejemplo de los padres o profesores del colegio, lo cual no implica que sea necesariamente lo acertado.

¿Por qué es importante enseñar disciplina?

Si queremos guiar a los niños en la enseñanza de la disciplina, debemos darles las pautas necesarias para que tengan un comportamiento ideal. Hay que tener paciencia en explicarles y ser constantes en las lecciones y recomendaciones, con ello aseguramos que aprenda a cuidar de sí mismo, sabiendo lo que se debe y no debe hacer, también sabrá comportarse cuando los padres no estén presentes para corregirlo.

Generalmente, cuando el niño se porta mal, la reacción más inmediata es de enfado, con ganas de regañarle y llamarle la atención. Sin embargo, debemos tomarnos un tiempo para meditar y examinar, el por qué de su comportamiento, hay que comprender y analizar por qué el niño se comporta de una manera determinada.

Es ideal realizar las siguientes preguntas, antes de que observemos la actitud de los niños:

-¿He explicado al niño de manera clara, las normas que deseo cumplan? Hay situaciones en las que decimos que no realicen algo, pero no les indicamos lo que deben hacer. 

-¿Habrá olvidado lo que le he indicado? Es importante repetirle al niño lo que es correcto, ya que suelen olvidar las cosas.

-¿Me habrá escuchado? Los niños suelen jugar olvidándose de todo lo que les rodea, por ello en ocasiones puede ocurrir que no te hayan oído o simplemente se les haya olvidado.

-¿Habrá tenido un mal día y no está disponible para asimilar la información? El prefesor quizá se enfadó con él o no tuvo un buen día en el colegio, por ello, se refleja en el mal comportamiento que pueda presentar.

-¿Está tratando llamar la atención? Quizá se encuentre demostrando un mal comportamiento y solo espera que lo atiendan.

-¿Desea descubrir hasta dónde puedo llegar? Esta acción es típica de los niños. Quieren saber el límite hasta dónde pueden llegar los padres.

-¿Estará aprendiendo este comportamiento de otra persona? Los niños están expuestos a diferentes situaciones y experiencias externas, hay que saber identificar donde han aprendido determinados comportamientos.

-¿Desea demostrar su independencia?.

Con estas cuestiones podemos descubrir cuáles son las causas de su mal comportamiento. Hay que ser asertivos para identificarlo antes de tener una reacción correctora. A veces los padres, suelen equivocarse, no siempre estarán dispuestos a dar las órdenes precisas o prestar atención a las necesidades de sus hijos.

Si trabajamos en conjunto con los niños lograremos prevenir el mal comportamiento e indicarles lo que realmente deben hacer. Así también, si analizamos la situación, observaremos que existen momentos en los que los padres suelen cometer errores.

Consejos de interés para padres para enseñar disciplina

1. Hacer y no hacer. Indicarle al pequeño lo que no debe hacer, pero a la vez decirle lo que deseas que haga. Por ejemplo: “no dejes la mochila en el suelo, colócala en el armario”, es muy diferente a que solo le digas: “no dejes la mochila en el suelo”.

2. Considera la oportunidad de establecer una norma: hay que preguntarse por la razón de la norma y si la vamos a necesitar. El hecho de tener pocas normas, pero entendibles será ideal para el niño.

3. Explicar la razón de la norma: es necesario que los pequeños aprendan la razón por la que se aplican las reglas, de esta forma, será más sencillo recordarlas, inclusive practicarlas cuando el adulto no esté presente.

4. Hay que ser un buen modelo para el niño: Los niños suelen aprender por imitación. Si el padre es educado, comparte con otras personas, se expresa con tranquilidad y no emplea malas palabras, los niños imitarán ese comportamiento.

5. Hay que motivar a los niños a fijar sus límites: se debe explicar a los niños, las causas de las reglas y qué pasaría si no las cumplen. Se recomienda establecer los límites y las normas con la familia, pueden escribirlas en un cuaderno común y luego revisarlas cada cierto tiempo. Más adelante las irán cambiando según transcurra el tiempo.

6. Reforzar las normas: mantenerse firmes en las normas establecidas. Los niños deben observar que no decaes al respecto, así se darán cuenta que practicar las reglas y normas resulta importante.

Al margen de la edad que tenga los hijo, es imprescindible que los padres sean firmes a la hora de enseñar disciplina. Si los padres no respetan las normas que han marcado ni se atienen a las consecuencias que han avisado, lo más seguro es que tampoco lo haga su hijo.

7. Demostrarles cariño y afecto: siempre es fundamental que les demuestres todo tu amor a través de un abrazo, expresándoles lo mucho que los quieres y tratando de pasar tiempo con ellos. De esta manera, no se portarán mal solo para llamar tu atención. Generalmente, los pequeños que reciben muestras de afecto de sus padres, resultan ser más obedientes.

8. Fomentar un buen comportamiento: Cuando los niños ayudan a los padres en las tareas habituales, se sienten útiles e importantes. Siempre hay que agradecer la ayuda que ofrecen, motivándolos a continuar en la práctica y haciéndoles saber que su contribución es importante dentro de la familia.

9. Proporcionar al niño una alternativa positiva: cuando el niño empiece a realizar una actividad y deseas que la termine, sustitúyela por otra. Si consideras que debe ver televisión por una hora, indícale que cuando acabe el programa, deberá apagar la televisión para luego elegir entre leer o enseñar alguna manualidad que haya realizado.

10. Hay que intentar mantener algunas rutinas: los niños suelen tener desconfianza ante posibles cambios repentinos. Hay que tratar de prevenirlos y hacerles saber lo que viene y esperas de ellos.

Hay que recordar que a los niños les cuesta aprender, por ello, debemos esforzarnos por comprenderlos, ponernos en su lugar, transmitir mensajes positivos y claros, demostrándoles mucho amor. Todo ello, ayudará a fomentar que sean personas independientes cuando se encuentren solos.