La enseñanza lúdica en el colegio no es algo nuevo como podría parecer. Filósofos como Platón y Aristóteles ya lo planteaban, y aseguraban que el juego era ideal para aprender.

Incluso en culturas nativas, los niños aprenden a través de la lectura de cuentos y leyendas los paradigmas de la vida adulta.

Niños jugando en el colegio

Pero es durante el siglo XX que las instituciones educativas empiezan a tomar más en serio los estudios que fundamentan la importancia de la enseñanza lúdica como una manera menos formal pero más efectiva de transmisión de conocimiento entre los más pequeños.

El juguete didáctico es protagonista de la enseñanza lúdica. Este instrumento debe utilizarse con obligatoriedad sólo dentro del aula y el niño lo reconoce como tal. Si bien todos los juguetes sirven de una u otra forma, el juguete didáctico fue concebido para reforzar alguna tarea en la escuela e influir favorablemente al desarrollo de la personalidad.

Cabe resaltar que estos juguetes pueden ser usados para aprender en cualquier ámbito de la enseñanza, tales como gimnasia, lenguaje, matemáticas, historia… etc

Entendemos por juguete como todo instrumento que sirva para jugar y entretenerse, pero es la orientación que le demos lo que permitirá que se le pueda denominar educativo o didáctico.

Debido a los múltiples beneficios que se ha comprobado que otorgan, la inclusión de métodos lúdicos en la enseñanza escolar ha logrado introducirse gracias a varias reformas educativas. Así lo ha corroborado la Ley Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE).

Si bien muchos expertos en el tema felicitan esta decisión, mientras otros consideran que el tema del juego aún está muy relegado, lo cierto es que la presencia del mismo disminuye según vaya creciendo el niño, por lo que muchas veces, el juego sólo se practica durante la hora de recreo.

En conclusión, la presencia del juego durante la enseñanza en guarderías y colegios es de suma importancia. Esto debido a que la percepción que tenga el niño de su entorno y sus valores son sacados a la luz durante los juegos, por lo que hay que estar muy atentos a momentos como éstos.

Según el experto en temas educativos, José Luis Linaza, el aprendizaje y el juego se encuentran muy cerca el uno del otro y esto no debe ser ignorado por los educadores. Al contrario, deben hallar en el juego la solución perfecta para cualquier problema de aprendizaje.

Por lo tanto, debemos promover el deseo del niño de jugar libremente para así observar su percepción del entorno y cómo solucionar cualquier distorsión del mismo.

Para ello, es importante que el niño se relacione con otros niños, ya sean amigos o hermanos. Insistimos en este punto ya que debido a las actuales formas de vida, el niño suele estar solo y ya no comparte tanto con otros niños, como se hacía décadas atrás.

Otro factor es el buscar espacios lúdicos, no limitarlos de ninguna manera al hogar. Si bien estos espacios se han reducido, debemos buscar el lugar ideal, como parques o centros de diversión, donde el niño pueda jugar al aire libre.

Por último, se le deben brindar al niño momentos de sano esparcimiento y es que, la realización de tareas después de la escuela, muchas veces dificulta el hallar tiempo libre para jugar, sin embargo, es necesario, por no decir obligatorio, que el niño distribuya sus horarios de tal manera que encuentre tiempo para jugar.

Es aquí donde el colegio nuevamente juega un papel importante e incluso, con simples actividades de trabajo manual, los niños pueden crear nuevos instrumentos de juego y a la vez, interactuar con otros niños. Asimismo, a través de dibujos, pueden dar rienda suelta a su imaginación y crear nuevos personajes e historias en su mente.

Niños jugando y aprendiendo

De esta manera, hacemos hincapié en la necesidad del juego para reforzar la enseñanza en la escuela. Es fundamental que el juego sea incluido en el plan educativo de toda escuela y durante todos los días de la semana.

A través del juego, el niño muestra sus capacidades y talentos, así como sus miedos e inseguridades. Muestra también cómo ve el mundo real, su forma de socializar, los valores con los que cuenta… etc.

¿Cómo realizar la enseñanza lúdica? Hay infinidad de técnicas que no suponen necesariamente jugar con juguetes, sino realizar divertidas actividades que estimulen la imaginación y la formación del criterio individual.

Según la experta Inma Marín, el juego no es sólo la actividad en sí, sino la actitud que se demuestre en la forma de afrontar los aprendizajes y retos. De esta manera, comprendemos que el juego es el complemento ideal a las actividades escolares más estrictas y obligatorias.

Para Jurjo Torres, el juego realiza un papel clave en los comportamientos sociales y promueve valores como la independencia, la reflexión y la perseverancia, lo cual repercute inmediatamente en la adquisición de conocimientos formales.

De una opinión similar es Petra Pérez, quien considera que la insuficiencia de material lúdico durante la etapa escolar ocasiona limitaciones en sus niveles de aprehensión, ya que se pueden llegar a sentir aburridos y con ciertos niveles de frustración.

En este proceso de enseñanza lúdica, el papel del docente es fundamental, ya que será quien organice el clima de aprendizaje a través del juego. Éste deberá tomar en cuenta los recursos con los que cuenta, tanto a nivel de espacio como de instrumentos para crear el juego que mejor se adapte.

Para ello, la escuela debe contar con ciertos requisitos mínimos como espacios especialmente acondicionados, amplios, cómodos, con instrumentos que estimulen el juego, además de contar con un tiempo suficiente para desarrollar la actividad por completo.

El educador debe también ser el que norme y vigile el cumplimiento de las instrucciones de juego. Asimismo, brindar a los alumnos experiencias positivas que contribuyan a su formación y ayudar a los pequeños a superar las dificultades que pueda encontrar en el transcurso del juego.