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Los cinco primeros años del niño representan los de mayor importancia en el desarrollo de su vida, tanto desde el puno de vista mental, como social y neurológico. Por lo general, los factores genéticos están muy relacionados con el aprendizaje y la memoria. Por ello, es esencial que los niños realicen un determinado juego desde pequeños, ya que las investigaciones indican que los cerebros de aquellos que no lo hacen, son entre un 20 a 30 % más pequeños de lo normal para su edad. Además se dice, que los juguetes estimulan un 25% más de sinapsis por neurona.

Padres jugando con hijos pequeñosEs esencial reconocer, que estos primeros años son básicos y formativos dentro de su crecimiento, se trata de una etapa en la cual asimilan y aprenden a conocerse a sí mismos y al entorno que los rodea, así como desarrollar habilidades motrices básicas y descubrir sus capacidades y talentos. Todo ello influye en la seguridad que tengan como personas, lo cual les acompañará toda la vida.

Hay que tener en cuenta que los niños observan y aprenden de lo que ven, por lo tanto, son como pequeñas esponjas que absorben desde la infancia. Así las cosas, hay que tener cuidado con el ejemplo que se le está dando. Ellos aprenden utilizando todos los sentidos: vista, olfato, tacto, oído y gusto.

El dominio de las habilidades esenciales y el aprendizaje del mundo que los rodea, lo adquieren a través del juego, observación, imitación y experimentación. Es así que cuando los padres se involucran con el bebé sonriéndole, creando sonidos o haciéndole reír, se transforman en el “gran juguete” del pequeño.

Es bueno jugar con los hijos desde que son pequeños porque los bebés distinguen al padre o la madre según el contacto físico que hayan establecido, por la forma en que juegan. Es por ello, que el bebé aprende a responder a los sonidos y tactos de personas diferentes. De esta manera, se instruye en el aprendizaje del mundo en sí, conociendo diversos tipos de personas y entendiendo todo lo que le rodea.

La fase motriz secundaria del desarrollo del bebé se aplica durante los cinco primeros años, así se produce el crecimiento, físico, emocional y mental de manera más rápida.

Es fundamental tener en consideración que el niño requiere diferentes tipos de estimulación, durante cada fase de su desarrollo, basados en variados juguetes y estrategias de juego.

   

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