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Para todo aprendizaje se marcan etapas en la vida de los niños, en este tema hay un proceso en el que demuestran interés por investigar y explorar el cuerpo de sus compañeros.

Sexualidad infantilEl  desarrollo sexual del niño por etapas

Alrededor de los 0 a 6 años, se pueden apreciar varios cambios en la sexualidad infantil.

Empecemos por analizar cómo desde el nacimiento, los pequeños pueden sentir el placer del contacto piel a piel. Por ello, es fundamental las relaciones que mantienen con aquellos que los cuidan, estableciendo un vínculo afectivo, denominando a estas personas como “figuras de apego”. El vínculo afectivo que se mantiene con estas figuras es trascendental para su vida sexual y afectiva, porque a partir de estos momentos, el niño aprende a acariciar y ser acariciado, así como mirar y ser mirado.

Cuando tiene 2 a 3 años, empiezan a tener interés por los órganos genitales, descubriendo las diferencias entre niños y niñas, adquiriendo el control de esfínteres. También observaremos que entre los 2 a 5 años los niños exploran su cuerpo, tocándose los genitales, lo cual debemos aceptar como lógico y parte de su desarrollo evolutivo. La mayoría de los pequeños se toca sin sentir vergüenza, ya que están en etapa de socialización.

A otros les calma explorarse y por ello prefieren hacerlo durante la siesta o en la noche, porque les ayuda a dormir. También está el caso de los que jamás se tocan los genitales, y si lo hacen lo realizan en privado, en este caso, es recomendable no hacer comentarios al respecto, de lo contrario contribuiremos a que repitan dicha conducta. Si observamos que lo hace en público, es preferible recordarle si lo consideras conveniente que debe hacerlo en la intimidad, agregando la explicación de los lugares de la casa que puedas considerar íntimos.

La noción de intimidad hay que aplicarla a partir de los 3 a 4 años, repitiéndola varias veces hasta que el pequeño entienda la distinción entre lugares públicos y privados. No hay que regañarlos ni hacer que se sientan culpables cuando los veas tocarse. Tengamos paciencia en el periodo de aprendizaje.

De otro lado, existen casos donde debes consultar a un profesional si observamos conductas en la que los niños se tocan continuamente, alterando sus actividades académicas y responsabilidades en el día, lo cual puede darnos un indicio de conductas de tipo compulsivo que suelen realizar para calmarse, ya sea porque se sientan ansiosos o que estén pasando por una crisis emocional.

Llega la etapa de los 4 a 6 años, donde la curiosidad del niño se intensifica, esto se evidencia en que demuestra interés por todo lo que le rodea, toca u observa. Empieza a darse cuenta de las diferencias entre niños y niñas, comienzan a preguntar ¿por qué? Y ¿para qué?, lo cual debemos contestar tantas veces sea necesario, hasta satisfacer sus dudas.

La curiosidad expresada por su propio cuerpo y por los de los demás es natural, de todos modos siempre hay que vigilarlos sin que sientan regaño cuando quieran realizar juegos de carácter sexual con sus compañeros, podemos explicarles cuales son las reglas para cuando jueguen juntos o tener la puerta abierta de la habitación en la que se encuentren para jugar.

¿Qué significan estos juegos de carácter sexual para los niños?

Cuando los niños asumen su “yo” como algo distinto a los demás, además de haber explorado su cuerpo, sienten la necesidad de compartirlo con el del resto de personas, solo así podrán ir viendo sus diferencias y similitudes. Por ello, empiezan a jugar a los médicos o a ser papás y mamás, esto significa que por ejemplo cuando los pequeños juegan a ser médicos, lo que en realidad intentan es verse desnudos y realizar un juego sexual, tratando así de incluirlo en las actividades. Asimismo, los niños expresan una curiosidad lógica y natural por su propio cuerpo.

La actitud de los padres ante la sexualidad de los niños

Recuerda que los hijos siempre están pendientes de las actitudes y comportamientos de los padres, incluyendo el ámbito sexual, depende de cómo los criemos en este aspecto, ellos crecerán con la idea de que es algo correcto o incorrecto, placentero o desagradable. Atendamos las inquietudes de nuestros hijos, puesto que si no les brindamos la información que necesitan, la descubrirán de otras fuentes, que quizá no puedan ser tan fidedignas como la nuestra. No intentemos engañarlos, disfrazando las palabras o el tema, claro que hay que tener en cuenta la edad del pequeño, para según ello ir explicándole lo que desee saber.

Es importante ganarte la confianza de tus hijos, porque solo así acudirán a ti cuando tengan alguna duda. De la misma forma, estarán pendientes de la actitud, tranquilidad y naturalidad que demuestren al absolver las inquietudes. Tengan en cuenta que deben tomar de lo más normal el tema, sin escandalizarse cuando nos vean desnudos por ejemplo o cuando manifiesten por primera vez las preguntas de contenido sexual.

¿Mamá de donde vienen los niños?

Cuando tu hijo alcanza los 5 a 8 años, y siendo un niño consciente y maduro para su edad, podemos empezar hablándoles de la reproducción. No requieres darle información detallada sino explicarles de manera superficial cómo se produce.

El instante ideal para enseñarles se produce cuando observan a una mujer embarazada o alguna escena en la televisión relacionada al tema. Los padres pueden ayudarse con un manual sobre el tema, eso les dará más seguridad de que están dando una buena información sobre todo idónea para su edad, hay algunos materiales que incluyen imágenes y estrategias de la pedagogía que concuerdan con la evolución emocional del niño.

Cuando llegue este momento puedes aplicar algunos de los siguientes consejos:

-Pregúntale al niño qué desea saber y según sea la consulta, le puedes contestar con total naturalidad, empleando las palabras exactas para designar las partes del cuerpo, como los genitales. Es recomendable usar palabras sencillas para ellos, a fin de que no tengan problemas al pronunciar y comprender.

-Responder todas las preguntas que te hagan dando la información precisa de acuerdo a cada etapa evolutiva. No exageres con los datos que les brindas, como algunos padres que dan demasiados detalles llegando a confundir y generar dudas en el niño.

-Si llega a insistir sobre una misma pregunta y aparentemente no queda contento con la respuesta, quizá se deba a que tiene una duda encubierta. Tratemos de darles los elementos para que puedan entender lo que necesita.

Recuerda que los pequeños entre los 5 y 7 años se encuentran en la fase “realismo fantástico”, en la cual suelen interpretar toda la información que reciben, según el criterio que manejan en su mente, ya sea por los cuentos o historias que han escuchado, por ello debemos despejar sus dudas.

-En ocasiones ocurre casos en los que el niño entiende la situación a su manera y con toques fantásticos, es preferible dejarlos tranquilos, ya que esto le hace entender mejor las cuestiones vitales que usualmente le preocupan. Sin embargo, hay que estar atentos para que no corran riesgo de que sus amigos se rían, en ese sentido debemos corregir la idea errada.

-Evita ruborizarte o avergonzarte cuando tu hijo te haga preguntas incómodas, puesto que él capta tu malestar y puede dejar de preguntar sus dudas, además asumirá que hay ciertos temas que incomodan y puede considerarlos como malos o prohibidos. En esta situación corres el riesgo de que tu hijo acuda a otras personas para absolver sus inquietudes o simplemente dejan de preguntar y empiezan a explorarse a sí mismos. Cuando lleguen a la adolescencia ten por seguro que no tendrán la confianza para preguntarte sobre sus experiencias sexuales.

En líneas generales, los pequeños suelen hacer preguntas sobre todos los temas que vienen a su cabeza, cómo funcionan las cosas, las personas, por qué su cuerpo está formado de una determinada manera, cómo se hacen y nacen los bebés, por qué la gente muere etc. son preguntas normales dentro del desarrollo y curiosidad del niño.

Sin preguntas habituales por parte de los hijos: problemas de comunicación

Pero también hay casos, en los que el niño no cuestiona ninguno de estos temas, habría que analizar a qué se debe, por ejemplo puede suceder lo siguiente:

-Quizá no encuentra un ambiente de diálogo ideal y libre en casa.

-En algún instante le contestaste con evasivas o notó que te pusiste nervioso por alguna consulta.

-Observa que le estás ocultando cuestiones y relaciones de su vida, por lo que ve que no hay confianza suficiente para tocar ciertos temas.

-En alguna oportunidad ha observado que te has sentido incómodo ante sus preguntas y obtiene como conclusión que te disgusta dar explicaciones.

Los padres deben pensar que la comunicación con los hijos es primordial, hay que ser pacientes con las preguntas que nos hagan, lograr que queden contentos y satisfechos con las respuestas, averiguar si no les quedó alguna duda en el camino.

Si vemos que no se animan a preguntar y consideras que está en la edad adecuada, puedes tomar la iniciativa para establecer el contacto y brindarle la seguridad que tu hijo requiere para que se desenvuelva en la vida y por supuesto, tenga mayor confianza en ti.

   

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