Desarrollar las habilidades sociales en los niños es un punto clave dentro de la educación de nuestros hijos. Un niño simpático y extrovertido tiene mayor autoestima que un niño introvertido. Además, son más tolerante, conviven más pacíficamente con niños de su edad, son más solidarios y empáticos, así como más motivados a aprender.
Su capacidad de socializar tendrá mucho que ver con los ejemplos familiares y su modo de educación, pero también con la forma cómo se relacione con otras personas, en especial sus primeros amigos.
De esta manera, la conducta adecuada de los padres para incentivar la seguridad de los niños y reforzar sus habilidades sociales es que les des mucho cariño y que moderes el control sobre ellos. Lo ideal es hallar el punto medio. Una educación autoritaria o permisiva no contribuirá a que el niño aprenda a desenvolverse.
Niños con habilidad social
El proceso de socialización comienza desde que el niño es un bebé. Cuando cumple el primer año de vida, el pequeño aprende a ser más autónomo, por lo que sentirá curiosidad por describir todo lo que le rodea, incluyendo a su entorno familiar. Este proceso será en principio de un modo meramente exploratorio.
A pesar de ser muy pequeños aún, ya están en la capacidad de percibir ciertos rasgos de otras personas y cómo congeniar con otros.
Con el paso de los meses, se van haciendo poco a poco más independientes, dan expresiones de afecto a sus seres queridos, y su conducta se vuelve más asertiva. Sin embargo, se hacen también más celosos y posesivos. Incluso, tendrán sus primeras pataletas. Leer el resto de este artículo ⇒