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Hay que estar atentos a lo que pueda ocasionar problemas de aprendizaje y desarrollo, por ejemplo, se ha observado en ocasiones que la mano dominante, la derecha, no coincide con el ojo dominante, el izquierdo, de una persona y ello puede generar inconvenientes en el proceso de aprendizaje.
La lateralidad resulta ser una función compleja que se deriva de la organización binaria del sistema nervioso. Gran parte de nuestro cuerpo se articula de manera doble, es así que tenemos dos ojos, dos oídos, dos orejas, dos pulmones, etc. de la misma forma, cada cerebro cuenta con dos estructuras hemisféricas especializadas, las cuales son responsables de controlar este complejo sistema dual, conformando la información sensorial, orientándonos en el tiempo y espacio, culminando por interpretar el mundo que nos rodea.
-Dominancia manual: refiere la preferencia para utilizar ya sea la mano derecha o izquierda para realizar diferentes acciones.
-Dominancia podal: Indica cuál es el pie dominante para realizar acciones como patear pelota, mantenerse en pie con una sola pierna. Leer el resto de este artículo ⇒
La situación de los niños zurdos se torna distinta a los demás casos. Es así que situaciones que son tan sencillas de por sí, no lo son para ellos. De esta manera, se genera ansiedad, frustración hasta falta de confianza al momento de realizar una acción.
Uno de los inconvenientes que presenta un niño zurdo, se relaciona con la confusión interna que se forma en el niño cuando es motivado por los adultos a utilizar su derecha.
La explicación más sencilla tiene que ver con la dominancia cerebral diferente. El hemisferio derecho dirige los movimientos del lado izquierdo del cuerpo, mientras que el izquierdo preside los del lado derecho. El hemisferio izquierdo es el más dominante en la mayoría de los niños diestros, sin embargo, en el caso de los zurdos, prima el lado derecho.
La evolución normal del cerebro busca una lateralidad homogénea, la cual pasa por distintos procesos, es decir que la persona tenga el ojo, oído, la mano y el pie del mismo lado del cuerpo como dominantes. En el caso de un pequeño menor de un año, todavía no consigue definir su lateralización, por lo cual es ambidiestro, porque desarrolla sus acciones y habilidades con ambas manos.
Generalmente, entre los 2 y 4 años se reconoce cuál será la tendencia determinante de una mano y la otra. Si cuando tiene 4 años todavía se muestra ambidiestro, será recomendable visitar al pediatra para descartar problemas de maduración motriz. Leer el resto de este artículo ⇒