Las relaciones entre los niños es uno de los principales papeles de la educación, a partir del contacto entre ellos, el niño adquiere aptitudes sociales para desarrollarse.
El primer año de vida, principalmente, el niño suele jugar solo. Pero este es sólo el camino hacia su integración social. Y es que hace falta tener cierto grado de madurez para aprender a relacionarse con otros, ya que para ello, se debe tener cierto grado de tolerancia, saber aceptar reglas. Así pues, no te preocupes si tu hijo quiere jugar algunas veces solo y otras veces acompañado. Es algo normal.
Juguetes sociales
Al principio, el niño no quiere compartir sus juguetes, sin embargo, poco a poco empirza a tener empatía hacia los demás niños y se convertirá en un mejor compañero para jugar. De hecho, es habitual que a los 3 años tenga la capacidad para hacer amigos
Cabe señalar que existen juguetes o juegos que contribuyen a la competencia, como otros para los que se necesita el trabajo en equipo o social. Ambos son beneficiosos para los niños, pues forjan su carácter y su sentido de colaboración en equipo.
Para que un juguete estimule la sociabilidad debe tener reglas aplicables en grupos, que posibilite la comunicación entre los jugadores, instrucciones muy claras para que no haya lugar a discusión o apasionamientos, etc. En cambio, sería negativo si al final, los perdedores deben ser ridiculizados, presenta un contexto agresivo o las reglas son confusas.
Entre los diversos juguetes que permiten socializar tenemos la pelota, la raqueta o los bolos. Así también los títeres o teléfonos de juguete. Por último, los juegos de naipes, de cálculo, de azar, dominós… etc
Los juguetes y la personalidad del niño